Las hermanas Clarisas de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) ponen en práctica lo que, en el siglo XIII, les dijo Santa Clara: «ocúpense en un trabajo humilde y no apaguen el espíritu de oración».
Oración y trabajo, así viven y así elaboran sus dulces. Trabajan con recetas antiguas, pero actualizadas para presentar un dulce artesano, exquisito, sencillo, difícil de olvidar y elaborado en silencio y oración.