Gregorio

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Lunes, 28 Noviembre 2022 12:30

Fotografías de los carteles de la Vigilia

Fotografías de los carteles de la Vigilia de la Inmaculada:

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Lunes, 14 Noviembre 2022 15:50

Videoclip - Vigilia de la Inmaculada 2022

VIGILIA DE LA INMACULADA 2022
¡Llevemos el amor a la Virgen por las RRSS!
Grábate, tú o junto con tu familia y/o amigos, respondiendo a una de estas preguntas.
La Inmaculada nunca falla, no le falles.
Duración: Máx. 1-2min
Preguntas:
- ¿Quién es la Virgen para mí?- ¿Qué ha hecho la Virgen en mi vida?- ¿Cómo he notado en mi vida que #LaInmaculadaNuncaFalla?- ¿Por qué es tan importante la Virgen en mi vida?- ¿........? Si se os ocurre otra pregunta que hacerse es bienvenida (siempre siguiendo la temática de la Virgen, La Inmaculada)
Formato: Vídeo en VERTICAL (Reel Instagram)
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Instagram: https://instagram.com/vigiliadelainmaculada?igshid=YmMyMTA2M2Y=

 

En el inicio del curso 2022-2023, el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, anima a releer la parábola del hijo pródigo o, como a él más le gusta decir, del padre misericordioso. Su carta pastoral para este 2022-2023, que lleva por título A la misión: retornar a la alegría del Evangelio y ya puede leerse en PDF, tiene mucho también de la exhortación del Papa Francisco Evangelii gaudium; como expresa en la introducción, «se trata de que todos entremos con palabras, obras y gestos en la vida de quienes tenemos que evangelizar».

D. Carlos Osoro completa así una terna nacida en la pandemia con una carta inicial, la del curso 2020-2021, titulada «Quiero entrar en tu casa». En ella animaba a la Iglesia a estar, como hizo Jesús con Zaqueo, a «acompañar en la vida cotidiana de la gente». En esa cercanía, el cristiano descubre la sed de Dios que hay en el hombre, y a su vez la sed que Dios tiene de cada uno. Esa fue la propuesta del curso pasado, con la carta «Dame de beber» en la que, como Jesús a la samaritana, el purpurado animaba a la diócesis a presentar al mundo el «don de Dios».

En el texto de este año, del que también se van a distribuir 20.000 ejemplares en papel, el arzobispo lanza un desafío misionero para encender el corazón de los que caminan en la fe: llegar a los bautizados que, como el hijo pequeño de la parábola, se fueron de casa, se alejaron del amor de Dios, y buscar a quienes no conocen a Jesucristo o que siempre lo han rechazado. «Quizá no supimos hacer presente el tesoro», reflexiona, que no es otro que «Dios mismo que me regala su amor y su gracia».

El cardenal Osoro invita a reflexionar sobre cómo vive cada uno la vida y cómo se acerca y acompaña a los hombres distanciados de Dios y de la Iglesia en las circunstancias concretas de su vida. «¿Cómo hacer posible que todos entiendan que nadie queda excluido de la alegría regalada por el Señor?». Hay una respuesta: seguir el ejemplo del padre de la parábola, que dio libertad a sus hijos, pero se mantuvo muy cerca de ellos en vida y corazón. La Iglesia «no puede dejar a nadie de lado y tiene que acercarse a todos».

«El ser humano anhela respuestas»

El hijo pródigo cree que va a encontrar en otro lugar «posibilidades mejores», sin darse cuenta de que la oferta del padre «está llena de plenitud». En el mundo real, esto lleva a una profunda infelicidad, que se da en edades cada vez más tempranas. De ahí que el purpurado incida especialmente en los jóvenes, aquellos que quizá se han educado con padres no practicantes y «no han tenido oportunidad de conocer mínimamente a la Madre Iglesia». El gran desafío es acercarse a ellos y «hacerles llegar la misericordia, la bondad y la belleza de Dios».

Hacerlo, además, en un mundo en el que «el ser humano hambrea sentido y anhela respuestas con sabor a infinito para la contingencia, el mal, la injusticia y la muerte». Hay una gran búsqueda espiritual y muchas ofertas en torno a tanta «clientela», «algunas con intereses espurios». Todo esto manifiesta, en palabras del arzobispo, «la urgencia que tiene la Iglesia de asumir la prioridad del anuncio del Evangelio».

El hijo pródigo, por su parte, supo dónde estaba su casa; la distancia nunca es absoluta porque el vínculo de la filiación divina no se pierde jamás, afirma el cardenal Osoro. También se supo pecador, y en este sentido, propone invitar «a levantarse a cada cual de sus postraciones», poniendo medios para que «el regreso sea sanador y reconciliador» y lleve a una vida llena de esperanza.

 «No tengamos miedo»

«Nosotros, quienes anunciamos el Evangelio, podemos dar por supuesto todo, como el hermano mayor». El arzobispo pone el foco también en su carta en aquellos que viven su vida espiritual a medio gas, con mediocridad, «sin disfrutar intensamente de todo lo que Dios y la Iglesia nos ofrecen. Quienes «han perdido la capacidad para el asombro, la sorpresa y la gratitud». Como el hijo pequeño, el mayor también necesita el abrazo del padre. En el fondo los dos hijos de la parábola «no son tan diferentes el uno del otro». Uno se fue de casa; el otro, se resiste a entrar en ella.

«Los dos hermanos necesitan experimentar la alegría de estar en casa y disfrutar del padre». A ambos, el padre los quería sentar en el mismo banquete, una fiesta que expresa «la vida nueva en Cristo a la que somos convocados todos, con independencia de nuestra ubicación personal». Por eso, el cardenal Osoro concluye la carta con una invitación, que hace extensible a todos los creyentes y a las distintas realidades diocesanas: «No tengamos miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, a todas las periferias existenciales».

 

Descargar carta pastoral

Celebración de la Vigilia de la Inmaculada 2022:

Folleto de la celebración: descargar

Bendición del Papa a los participantes en la Vigilia: descargar

 

 Otros enlaces de interés:

  • Carta de D. Carlos Osoro para la Vigilia de la Inmaculada: descargar
  • Cuña publicitaria Vigilia de la Inmaculada: descargar
  • Spot promocional de la Vigilia de la Inmaculada: descargar
  • Vídeo resumen de la Vigilia: aquí

 

 

 

Jueves, 16 Diciembre 2021 11:05

Vídeo resumen: Vigilia Inmaculada 2021

La catedral de la Almudena ha acogido este martes, 7 de diciembre, la Gran Vigilia de la Inmaculada, presidida por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro. Con el lema María, Madre de la Iglesia, únenos en la misión, la celebración ha congregado un buen número de fieles en torno a la Virgen con un llamado especial a la comunión y a la misión, ahora que acaba de arrancar en Madrid la fase diocesana del Sínodo de los Obispos.

Los actos han comenzado con el rezo del rosario en sus misterios gozosos, dirigido por Susana Arregui, la nueva directora del Secretariado de Apostolado Seglar y miembro de la comisión diocesana del Sínodo. El fiat de María, ha recordado Arregui al comienzo del primer misterio utilizando palabras del Papa Francisco, «no es simplemente un “suceda”», no es resignación, sino que «expresa un deseo vivo». «María nos invita a decir "sí" sin aplazarlo». A su vez, el Niño en el pesebre es «una guía para conducirnos en la vida». Como dice Francisco, «necesitamos dejarnos atravesar por su amor gratuito».

El pesebre de Belén «nos enseña que el alimento de la vida es dejarse amar por Dios y amar a los demás». Que como María y José, Simeón y Ana, ha añadido Arregui también con palabras del Santo Padre, «nos dejemos guiar por el Espíritu Santo» y «sepamos escucharnos los unos a los otros» en esta fase inicial del Sínodo. Por último, al igual que María y José buscaron angustiados a Jesús cuando se quedó en Jerusalén, «que tengamos siempre sed de su Palabra y de la Eucaristía, y que le busquemos incansablemente en todos los momentos de nuestra vida».

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Estar en camino y vivir en el servicio

La vigilia ha continuado con la Eucaristía, concelebrada, entre otros, por los obispos auxiliares de Madrid monseñor Jesús Vidal y monseñor Santos Montoya. Durante la homilía, el arzobispo de Madrid ha subrayado que, en medio de las tribulaciones, violencias y sufrimientos, algunos de ellos evidenciados por el Papa en este último viaje apostólico a Chipre y Grecia, «María nos invita a que nosotros entreguemos esperanza».

Una esperanza que no es «un optimismo adolescente», sino «construir cada día con gestos concretos el reino del amor, la justicia y la fraternidad que inaugura Jesús gracias a esta Madre excepcional». Las palabras de María, el «he aquí la esclava del Señor», hicieron surgir «la esperanza verdadera, que es ternura» y también compasión, y que hace superar, ha insistido el cardenal Osoro, cerrazones y rigidices. «Desde María y con María, demos esta esperanza», esa que dio Ella «prestando la vida para mostrar el rostro de Dios».

A su vez, «en la escuela de María aprendemos a estar en camino» para llegar a tantas vidas «que quizá han perdido el horizonte». Un camino que se aprende a hacer en el barrio, en Madrid, no ofreciendo soluciones mágicas, «no a fuerza de promesas fantásticas», más bien se aprende «a nutrir el corazón con la riqueza […] de Dios mismo». También en esta escuela «aprendemos que la vida está marcada no por el protagonismo, sino por la capacidad de hacer que los demás sean protagonistas porque los amamos con el mismo amor de Dios». La Virgen «nos brinda coraje, nos enseña a hablar y sobre todo nos enseña a vivir» sin miedo a «la ternura, a la caricia».

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María enseña también al hombre a servir, ha indicado el purpurado. Ella, que fue una mujer «que hizo el mayor servicio que se puede hacer: prestar la vida a Dios, para que Dios tomase rostro humano», y así conocerlo y ser discípulos suyos. María «es la que nos hace descubrir que Jesús, a sus hijos, nos ha elegido» no para cualquier cosa, sino «para ser santos, para amar, para entregar el amor de Dios».

Hoy la Inmaculada Concepción «se acerca a nuestra vida», ha abundado el arzobispo, y «nos enseña a decir a Dios “aquí estoy, Señor”», aun con debilidades y pecados. El cardenal Osoro ha concluido asegurando que, igual que el ángel le dijo a María que no temiera, así Jesús dice a los hombres: «No temáis, os he dejado a mi Madre».

 

Martes, 07 Diciembre 2021 09:06

XXXII Semana de Teología Pastoral

Del martes 25 al jueves 27 de enero de 2022.

"El desafío de la revolución digital en la Iglesia"

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